viernes, 21 de enero de 2011

Primer artículo del 2011

Primer artículo del año, espero verlo publicado el próximo domingo 30.

¿El primer mamut de la era moderna?

Héctor López Aréstegui

Desde el descubrimiento de sus restos en la Antigüedad, los mamuts fueron animales cuyo origen fascinó al hombre. Los griegos creían que los cráneos de mamuts enanos del Mediterráneo eran de cíclopes. Hace pocos días – 4,500 años después de la extinción de los últimos representantes del Elephas primigenius (Elefante primigenio) en las islas del Círculo Polar Ártico – un equipo de investigadores japoneses – liderado por el profesor Akira Iritani – anuncia su intención de recrear un mamut de laboratorio dentro de cinco años. ¿Puede la ciencia revivir esta especie extinta? ¿Acaso se trata de un anuncio prematuro?

Parientes de los elefantes

La palabra mamut procede del término eslavo, mamont, el cual fue adquirido del idioma Mansi, hablado por el pueblo siberiano del mismo nombre. En su lengua mamont significa “cuernos de la tierra”. El mamut fue un Proboscídeo, una orden de mamíferos cuyo único representante vivo es el elefante. Mamuts y elefantes tuvieron un último antepasado común hace siete millones de años.

Los mamuts se convirtieron en los animales más representativos de la megafauna del Pleistoceno. Su evolución los llevó a cambios fisiológicos y morfológicos tales como orejas más pequeñas, espeso pelaje, un sistema glandular que permitía la retención del calor y la capacidad de liberar oxigeno con mayor facilidad a bajas temperaturas. Esta última característica se produjo debido a un cambio en su hemoglobina, la proteína de las células sanguíneas encargada de llevar el oxigeno de los pulmones a los tejidos.

La causa de la extinción de los mamuts y la megafauna holoartica (América del Norte, Asia y Europa), hace 15,000 años, es compleja y no se puede atribuir exclusivamente al hombre, al cambio climático o a la caída de un meteorito hace 12,900 años. Recientes investigaciones de sedimientos de un lago en Indiana, Estados Unidos, apuntan a que a finales de la Edad de Hielo los mamíferos gigantes se encontraban en declive como especies. La razón sería la expansión de los bosques en desmedro de las llanuras donde pastaban. Un hecho es seguro: la desaparición de éstas condujo a un enfriamiento del planeta por cerca de un millar de años.

¿Diez millones de dólares por un mamut?

La tecnología que requiere el experimento al que se abocará el profesor Iratani existe. Solo hace falta una muestra de pelaje u otro tejido blando de mamut con una antigüedad no mayor de 60,000 años. Por el momento el ADN más antiguo de mamut que se posee está dañado. Sí se supera este obstáculo, el siguiente paso sería la manipulación de óvulos de elefanta africana. Las elefantas ovulan en periodos de cinco a seis años, por lo que conseguir una muestra de este material es difícil. Además, es necesario saber sí existe compatibilidad entre el núcleo mamut y los óvulos de elefanta. Aún cuando se logre crear “óvulos de mamut”, habrá que esperar para saber sí el embrión “prende” en el útero de la elefanta receptora y que la preñez se desarrolle normalmente. El costo estimado del experimento: diez millones de dólares americanos.

El profesor Iratani es consciente del reto pero se encuentra muy seguro de superarlo. Su colega, el doctor George Church – experto en genoma y catedrático de la Escuela de Medicina de Harvard – cree que la osada propuesta del profesor Iratini es viable. Por lo contrario, el doctor Michael Bunce, director del Laboratorio de ADN Antiguo de la Universidad Murdoch, Australia, distingue el hecho de reconstituir el ADN de una especie antigua y otra muy distinta de recrearla. ¿Nacerá el primer mamut de la era moderna? Tendremos que esperar por lo menos un lustro para contestar esta pregunta.

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